Este domingo 16 de noviembre, los ecuatorianos se enfrentarán a una decisión crucial sobre el futuro institucional del país. En este escenario, el director nacional de Democracia Sí (Lista 20), Gustavo Larrea, también exministro de Seguridad y excandidato presidencial, conversó con Manavisión Plus para detallar los riesgos de la propuesta gubernamental. Larrea sostiene que el Ejecutivo está pidiendo un “cheque en blanco” para una Asamblea Constituyente sin revelar sus verdaderas intenciones de reformas, lo que representa, a su juicio, un “error grave” para la nación.
-Abogado, usted ha manifestado que la propuesta de una nueva Asamblea Constituyente se visualiza como un “cheque en blanco” que el Gobierno central estaría esperando de los ecuatorianos. ¿Cuál es su postura respecto a este tema?
Sí, básicamente eso es lo que el Gobierno nos ha dicho: que no tiene una propuesta y que si la tiene, está escondida, que si gana el ‘Sí’, la hará pública. Sin embargo, hay algunas pistas importantes de ese cheque en blanco. Por ejemplo, la ministra de Trabajo ha dicho que el decimotercero y decimocuarto sueldos no existen en otras partes del mundo, y eso no es verdad; existen con otros nombres y hay países que tienen tres, cuatro e incluso seis salarios adicionales. Por lo tanto, la pista de que quieren quitar el decimotercero y decimocuarto sueldo es real. La otra pista la dio el propio Presidente, al insistir que el sistema médico de la seguridad social (IESS, ISSFA, ISPOL) pasaría al Ministerio de Salud Pública. Claramente nos ha manifestado, además, su intención de eliminar la educación superior gratuita. Creo que son pistas claras que nos llevan a dudar, además de que no nos dice el resto, de ir a una constituyente con cancha inclinada y una campaña de apenas nueve días efectivos.
-En el marco de esta poca claridad, si gana el ‘Sí’, vendría la elección de 80 constituyentes y luego el voto por un texto final. ¿No hay una posibilidad de construir una Constitución que verdaderamente sirva a los intereses nacionales?
No creo que sea posible, además por el método de designación de asambleístas. Es un método que favorece a dos fuerzas, a las dos más votadas, no a la mayoría. La representación en las asambleas constituyentes debe ser lo más amplia posible y no restrictiva. Lamentablemente, el método de designación tampoco abona a tener un texto constitucional acorde a las necesidades del país y que supere la crisis.
Este es un nuevo gran engaño si vamos a una constituyente con los ojos vendados. Además, esto tiene un costo gigantesco. Entre elegir la Constituyente y aprobar el texto, el costo es de aproximadamente 160 millones de dólares. Esos fondos, en medio de una crisis de la salud pública donde faltan medicinas, son un error para el país. Es por el bien de la nación que nosotros vamos a decirle ‘No’ este domingo 16.
-A propósito de lo que usted manifiesta, en la Asamblea Nacional hubo un pacto entre ADN y la Revolución Ciudadana para cambiar el método de asignación de escaños. De ganar el ‘No’, ¿qué debería pasar en el país? ¿Debería haber una reforma constitucional o buscar otra manera de endurecer temas como la seguridad?
Hay dos elementos claves. El uno es ese pacto que usted señala. Con el nuevo método no es que no tienen representación las minorías, sino que no tienen representación democrática y proporcional. Una fuerza que alcanza el 15% debe tener el 15% de la representación, pero no castigar a los que menos votos tienen y favorecer a la minoría más grande para que tengan un 48% o 50% de la representación. Eso no es democrático. El otro elemento es que el Gobierno dijo que no iba a convocar a la Constituyente, sino que iba a enviar reformas vía Asamblea o Consulta Popular. Hay dos reformas que deben impulsarse: cambiar la designación de autoridades de control por parte del Consejo de Participación Ciudadana y eliminar el Consejo de la Judicatura para que se subordine a la Corte Nacional de Justicia. No se necesita una Constituyente para eso.
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-Quienes promueven el ‘Sí’ dicen que la Constitución de Montecristi no da garantías para atraer la inversión privada, comparando la situación con Perú o Colombia. ¿Es tan cierto aquello?
Yo creo que eso es un cuento. Para atraer la inversión hay que hacer gestión y atraer la inversión. La Constitución no dice prohibida la inversión. ¿Hay cambios que podrían mejorar la inversión en leyes? Sí. Por ejemplo, eliminar la Cuenta Única del Tesoro Nacional, que hace que la descentralización sea un cuento y que los municipios dependan de la voluntad del Gobierno para tener fondos. Pero la inversión la Constitución no la prohíbe. Es verdad que hay que hacer reformas a las leyes, por ejemplo, en el área eléctrica, para permitir mayor inversión, pero la Constitución no prohíbe la inversión extranjera.
-En materia de seguridad, ¿cómo contrarrestan ustedes la narrativa oficialista que posiciona esta lucha frontal contra la delincuencia? Sobre todo tras eventos como los traslados en la ‘Cárcel del Encuentro’ en estos días.
Yo creo que es parte de la narrativa del Gobierno inaugurar una cárcel que no está terminada. El propio presidente nos contó que apenas está el 30% o 40% hecha. Es una medida apresurada que busca implantar una narrativa, pero el hecho evidente es que la inseguridad continúa. El ‘Plan Fénix’ es un cuento. No hay un combate eficiente. Se nos dijo que había pleno control de las cárceles y las masacres continúan; la última de Machala es terrible, con 31 asesinados. El Estado debe ejercer control de las cárceles y eso es un tema de decisión política y de estrategia, no de cambiar una ley. La inseguridad se controla con reactivación económica, fortaleciendo la producción agropecuaria para lograr empleo y prosperidad, y no con medidas demagógicas.
-Hablemos de las preguntas del Referéndum. ¿Cuál es la posición de Democracia Sí sobre la eliminación de la prohibición de bases militares extranjeras, la eliminación del fondo partidista y la reducción de asambleístas?
La cooperación internacional en la lucha contra el narcotráfico es necesaria, por ejemplo, en inteligencia satelital, que ha sido muy útil, y por eso el Ecuador es el único país del área que no tiene narcocultivos. Pero no son necesarias bases militares y tienen alto riesgo. En medio de un país que entra en conflictos permanentemente, como los Estados Unidos, tener una base militar aquí pone en riesgo nuestra seguridad nacional y pone en riesgo la paz. Por lo tanto, en esa pregunta decimos ‘No’.
-¿Y sobre la reducción de asambleístas y la eliminación del fondo partidista?
La disminución del número de asambleístas no va a mejorar esta democracia. Es más, bajar la representación a un representante en 11 provincias es estimular que solo una fuerza política tenga voz. Y en provincias como Manabí, la tercera en número del país, bajar de diez asambleístas provinciales a solo cuatro es quitarle representación a la provincia. En esta pregunta también decimos ‘No’. En cuanto al financiamiento, estoy de acuerdo en que muchos fondos se mal usaron, pero deberían ser reorientados, no eliminados. Ese fondo debe servir para capacitación y formación de líderes cantonales, provinciales y nacionales, con control de la Contraloría. En este sentido, también en esta pregunta decimos ‘No’.
-Volviendo al tema de la Constituyente, usted dijo que no necesitamos una nueva Constitución, sino reformar la actual. ¿Qué aspectos puntuales de la Constitución usted considera que deben reformarse?
Los que tienen que ver con la estructura del Estado. El Consejo de Participación Ciudadana no puede estar al mando de la justicia. Una de las instituciones más debilitadas del país, penetradas por la corrupción y el narcotráfico, es la justicia. El mando de la Función Judicial la debe tener la Corte Nacional de Justicia, que debe pasar a ser Corte Suprema, y el organismo administrativo debe subordinarse a la Corte.
Igualmente, hay que restarle al Consejo de Participación la atribución de designar a los organismos de control. En el ámbito económico, hay que eliminar la centralización y el hiperpresidencialismo que se basa en el control absoluto del presupuesto. Fortalecer la autonomía financiera para que los municipios y las universidades no dependan de la voluntad del Presidente.
-Democracia Sí apoyó al presidente Noboa en segunda vuelta. En ese momento, él ya hablaba de convocar a una Constituyente. ¿Qué pasó para que ahora estén promoviendo el ‘No’ a esa misma posibilidad?
El que cambió fue él. En segunda vuelta, frente a la candidatura de Luisa González, decidimos apoyar a Noboa, y él se comprometió a impulsar una Constituyente. Pero llegó el 24 de mayo y dijo que no lo haría, que impulsaría reformas vía Asamblea. Luego vuelve a plantear la Constituyente, y lo plantea mal. Una Constituyente requiere un acuerdo nacional y diálogo. El Gobierno, en vez de dialogar con sectores que le apoyaron en segunda vuelta, decidió cerrar las puertas de diálogo al elevar el precio del diésel, lo que provocó el conflicto.
En esas circunstancias convoca a la Consulta Popular. Esas son las razones por las que nosotros dijimos no. Además, antes de ganar las elecciones, dijo que no subiría el diésel y que mantendría la educación pública, pero cambió sus ideas.
La entrevista completa puede visualizarse en las plataformas digitales de Manavisión Plus.
